BJ Penn Vs. Joe "Daddy" Stevenson

Típico en Jake. Siempre destacando por ser el caso especial, y su llegada a Moon City no podía ser menos. El menor de los Bennet, había ingresado tarde hasta el internado, a diferencia del resto de sus extraños compañeros, por lo que, tan sólo llevaba un par de días en él, y eso de recordar lugares, horarios y caminos, no era la suyo. Aunque no lo aceptara claro. Jake Bennet lo sabía todo, recuerden.

Por eso, luego de la cenar con sus compañeros de Habitación y en vez de ir a practicar Basketball con ellos, había decidido recorrer un poco el Instituto por dentro, para no volver a llegar tarde a las clases o perderse como idiota en las horas de comida. Caminando relajadamente con el sonido de los acordes de su guitarra en mente, observaba cada sala por fuera lentamente, para poder recordarla más adelante.

En un principio se había distraído conversando con un par de chicas “muy” amables, para luego ya zafarse de ambas, con la excusa de que tenía que estudiar. Oh, si. Jake estudiando los primeros días. El lugar era extraño, pero tampoco sucedían milagros, ¿no? Ya para cuando no habían muchos alumnos por los pasillos, optó por elegir alguna Sala y entrar para pasar un poco el rato. Definitivamente no sabía que iba a hacer tanto tiempo encerrado. Con facilidad se terminaba volviendo loco.

Así, Jake terminó entrando en una Sala que aparentaba estar bastante tranquila, si quitábamos por la luz y el sonido que emitía un televisor. Encendió la luz y se acerco hasta donde había un sillón en frente de este y cayó en la cuenta recién de que no estaba solo. Era una chica, una mirando deportes. –Wow… ¿Rubia y aficionada a las peleas? Esto no se ve todos los días.- Murmuró Jake observando el televisor detenidamente. Definitivamente no había sido un comentario contra la chica, tan solo que su antiguo entorno social lo había obligado a categorizar a las rubias como porristas, o algo así. Después de todo, ni a él le gustaba ver esas peleas. Jake era más del tipo que seleccionaba el basketball, futbol, hockey, volleyball, enter otro, como deportes. Cuando las peleas, iban más con el ajedrez, las damas y ese otro tipo de cosas que nadie hacía.

Luego de analizar fugazmente de que trataba lo que la rubia veía en la televisión, el chico desvió por completo su profunda mirada grisácea por sobre el rostro de la chica que se encontraba desde antes en la Sala de Descanso. Jake, le sonrió retorcidamente, achinando como era de familia un poco sus ojos grises. El rubio, podía ser muchas cosas, y poseer muchos defectos, pero no solía caerle mal a nadie, algunos le tenían envidia, claro. Pero eso, era tema aparte.

Con bastante agilidad, sin anunciar nada, Jake se sentó al lado de la chica, guardando cierta distancia de quien, parecía ser una acosadora nata. –Exacto, rubiecita. El mismo… Jake Bennet. - Se presento por si sólo, alzando una mano hasta la altura de su hombro encendiendo y apagando las luces un par de veces producto de su propia habilidad. Las corrientes de electricidad que por los conductos viajaban eran muy pequeñas por lo que no le dificultaba tanto. Su gran problema era cuando venían las tormentas eléctricas, siempre caía enfermo.

El menor de los Bennet, rió fugazmente, dejando ver su perfecta sonrisa por el comentario de la chica sobre sus “preferencias”. –A ambos por separado.- Le contestó algo tajante, sin dejar de sonar educado o poco amable. –Pero ya… en serio. ¿Qué hacías viendo las peleas? ¿Analizando lo “guapos” que eran los tipos? – Le pregunto alzando una ceja levemente por su intriga, acomodándose levemente en su lugar. Jake, no se creería a la primera que la rubia era algo más que bueno, una rubia. Había estado prácticamente toda su vida rodeado de ese prototipo “hueco” como para de un momento a otro, encontrara a una de estas chicas que fuera distinta a todo… el resto de las de su especie.

-Y… ¿Cómo me habías dicho que te llamabas? - No le había dicho cual era su nombre, lo tenía claro, pero siempre era una buena forma de preguntar el nombre sin parecer interesado. Además de que eso de llamarla por “rubiebicita” no volvería a suceder. Jake no era de andar dando halagos así como así nada más, aunque la chica lo ameritara.

Luego de demostrar un poco su poder o, más bien, asegurarle a la chica que sí, estaba en lo correcto y que era capaz de controlar la electricidad, rió. Pero no con una sonrisa creída de orgullo a lo que le había llegado como habilidad, en realidad, era más bien una reacción natural por algo, que el rubio presentía ver en la mente de su, ahora, compañera. La chica, parecía no estar dentro de las afortunadas víctimas de Jake, no por que no fuera atractiva o algo otra cosa así, si no que, en si. Le causaba cierta ternura.

-Bue… lo de las rubias lo entendiste. Pero por lo de las peleas, soy más de ver partidos de basketball o fútbol. No ver tipos que sangran, y se ganan la vida a golpes.- Claramente, Jake, no tenía idea en que se estaba metiendo. No estaba comentando con intenciones de molestar a la rubia, puesto que, tampoco sabía sus aficiones. –Err… ¿Tu si? - Agregó ahora recordando que era la chica quien había estado casi hipnotizada viendo el programa. Cuando ella misma se lo confirmo, el rubio termino corriendo su mirada que en ese entonces estaba puesta en Kakao, hasta la televisión. Definitivamente no sabía que le veía a “las peleas”. Sería creible si se pegaran por una chica, dinero o algo más real. Pero… ¿Por que? ¿Un medazo de diploma? Ja, listos.

En tanto Jake observo de reojo como la rubia se maravillaba con la pelea, con enorme ojos animados, él alzaba una ceja sin dejarse de preguntarse, como había gente que pagaba para verlo, en vez pasar una tarde mirando futbol, un deporte de verdad. Su compañera había dicho un comentario que poco alcanzo a oir, estaba muy sumido en sus pensamientos, hasta que corrió su mirada nuevamente hasta donde ella estaba. - ¿Kakao? - Le pregunto con una leve sonrisa. Nunca antes lo había escuchado. -¿Tu no eras Cassandra Bourousis?.- Termino murmurando Jake con cierta diversión en el tono de voz. No quería darle todos los atributos de “buena memoria” a la chica, cuando el ya sabía varias cosas, antes de pizar Moon City. De algo tenía que servir los contactos familiares, ¿no?