En lo prohibido

¿Soledad? ¿soledaaad? ¡soledaaad! ¡Dónde estás!... Era la lo que tatareaba Elle camino a un lugar donde poder encontrarse con sus pensamientos. Elle amaba la idea de ser realmente diferente pero en aquel lugar lleno de personas como ella no se sentía muy especial. Durante el día conoció, y habló con varias personas, pero ella buscaba solo a una… Charlotte su hermana. Al no encontrarla decidió ir en busca de un lugar a solas.
Se hallaba en una de las ventanas cuando fijo la vista en lo prohibido; el bosque. Inmediatamente, dentro del dulce corazón de Elle brotó ese sentimiento de aventura que poseen los niños de diez años al jugar con sus espadas y creer que pueden viajar en una nave espacial. No dudó, dio rienda suelta a su liviano trote; de pronto se hallaba en la entrada a un misterioso, pero encantador (a la vista de Elle) bosque, tenía un verde musgo intenso, pero ese toque violeta que le ofrecía la noche era lo que maravilló a Elle.
Se adentró en ese mágico lugar, de pronto, halló su lugar perfecto, un gran árbol con una gruesa rama, Lo cual ofrecía un lugar perfecto para que Elle se recostara, corrió hacía su nuevo espacio y se sentó.

-Al fin te hallé placer escondido: soledad.-susurró Elle.

Cuando creyó que la plenitud existía, escucho lo que parecía una rama quebrajándose y posteriormente una sombra apareció, el gritó sordo que profirió… solo pudo ser oído por sus pensamientos que repentinamente se hallaron llenos de aquellas historias sobre desapariciones adolecentes… y cuerpos descuartizados.

A pesar de que todos sus "nuevos compañeros" se quejaban por esto o por esto otro, de aquel lugar, para el moreno eran unas vacaciones todo pagado en Moon City con excentricidades que ninngún humano "normal" se hubiera podido imaginar. El hecho de estar lejos de sus amigos, su equipo de futbol, y numerosa familia era algo que podía llevar para sus adentros, en tanto se dedicaba feliz por la vida haciendo bromas o divirtiéndose por algún rincón del Instituto.

Carter era como esos tipos que los ves por todas partes, que a penas te das la vuelta esta en frente tuyo, y es que, la energia que el moreno tenía era inalcanzable y eso que aquello no era su poder. Habían transcurrido los días y sin embargo, un interesante lugar le quedaba aún sin visitar, era el supuesto Bosque Prohibido, y como Prohibido era el segundo nombre de Carter sentía la obligación de ir a recorrerlo en aquel mismo momento.

Era como un niño frente a sus regalos de navidad, cuando le contaron todas esas tontas historias sobre los niños descuartizados y blablabla, sin embargo le servían parar molestar y el tema en si, le causaba gracia. Ya, la idea de los poderes era poco creible, ¿Pero eso? No era más que algo para asustar. Y así, tal y como lo pensó, el moreno salió de su Habitación para ir hasta el Bosque, con su sonrisa típica de "Ganador" saludaba a todo aquel que ya se le hacía conocido, y con esta actitud siguió caminando solo hasta el Bosque con algo de frio por el hecho de llevar consigo solo un polerón.

Una vez medio internado en el frondoso lugar, se topó casi, frente a frente con una cara que juraba a ver visto dentro del Instituto hacía menos de dos minutos. -¡Eh! ¿Tú no estabas dentro hace unos segundos?.- Preguntó ante su sorpresa alzando una ceja, inevitablemente, en tanto se dirigía a la chica. -Wow, pero ¿Por qué estás más asustada tu que yo, ah? Yo soy el que estaba viendo visiones y eres tu la que estás verde. ¿Sucede algo?- Comentó con expontaneadad sonriendo retorcidamente en tanto se apoyaba en un árbol.

[Yaaa. espero que no moleste n.n Y siento si esta mal redactado, es que se me borró dos veces u.u luego lo corrigo n.n]

Tras apoyarse levemente en el tronco de un árbol sin quitar mucha distancia en comparación hasta donde estaba una chica, idéntica a otra dentro de Instituto, Carter solo seguía manteniendo aquella sonrisa pícara que tanto lo caracterizaba en tanto la castaña hablaba sin decir nada ocurrente. Típica actitud cuando una chica estaba frente al gran Carter Storm, él, causaba ese efecto en el sexo femenino.

-Wow. Había oído tartamudeos, gritos ahogados, suspiros y hasta desmayos pero nunca una frase completa llena de monosílabos cuando las chicas me ven. Lo agregare a la lista…. ¿?.- Murmuró Carter divertido, terminando su engreída frase con un ademán a que la castaña dijera su nombre, eso de combinar aspectos físicos con letras juntas, argh >.< no era lo suyo, y eso, que tenía como ocho hermanos, con suerte se sabía los nombres de los primeros tres. Bueno ya. Exagero.

-¿Qué que hago aquí?- Repitió su pregunta cruzándose de brazos. Con aquella posición dejaba ver claramente que él de ahí, rápido no se iba a ir, pero dado por hecho de que su compañera tampoco. O al menos eso esperaba. –Veamos… que yo sepa, estamos aislados y lejos de la Civilización pero sigue siendo un lugar libre, ¿no? O sea que yo puedo estar donde quiera, puedo estar aquí, o… aquí o aquí también.- Comenzó en tono de broma en tanto le daba la vuelta a la chica, pasando tras su espalda y volviendo hasta su punto de partida. –Además yo podría preguntar lo mismo. ¿Qué haces aquí? No me imaginaba toparme con alguien como tu por estos lados.- Agrego alzando la ceja sin quitar bajo ningún motivo aquella sonrisa Made in Carter.

-Lo que tenemos aquí, a un vanidoso- dijo irónicamente Elle

-Hola vanidoso, mi nombre es Raphaelle y no te asustes no creo que tengas más de dos habilidades para ver visiones -yo soy la que hace eso dijo para su interior con una notable satisfacción.-y no te asustes lo que viste adentro tuvo que ser a mi hermana Charlotte.- le acotaba, extrañamente con un tono irónico de molestia, raro en ella que siempre es cortes, pero era evidente por qué, Elle no solía derretirse por ningún chico solo algunos pudieron llegar a su corazón y que este chico venga y le diga que las reacciones que provoca y cosas ridículas para la orgullosa Elle, bueno este chico no resulto muy genio para ella.

-Sí, tienes razón estamos en un lugar “libre”- al decir libre alzo las manos para simular un gesto de comillas- y cualquiera puede estar donde quiera, pero esto está prohibido, ¿Por qué te arriesgas?.-dijo con un tono amenazante que lo único que hacía era seguir causando gracia en el moreno.

- Ah! Te estás acomodando bueno, ¿Qué hago aquí? Ya que tu no quisiste responder, será –un suspiro muy profundo como si comenzara un largo discurso se sintió venir de Elle.

- Bueno, solo quería un poco de tranquilidad y este mágico bosque me cautivó - el tono de Elle ya era el suyo, un tono dulce y amable, el chico la observaba atentamente no muy lejos de ella y siempre con su sonrisa que para Elle era el sello de “Don Juan”- no lo sé pero tiene algo ¿no crees?, más a ya de las cosas horrendas que se cuenta sobre este lugar, es enigmático.

- Bueno y tú… me vas a responder ¿Qué haces aquí? O ¿Quién eres? O algo- río al final de la frase con el tono dulce y simpático que la caracterizaba, ella buscaba soledad pero el chico parecía no molestarle demasiado, parece que la interminable sonrisa del chico comenzó a causar gracia en ella, pero aún creía que era un vanidoso.

La sonrisa del chico incrementó, tanto que Elle esperaba su respuesta, posó su hechizante mirada oscura en la enigmática mirada grisácea del chico notoriamente más alto que ella, descubrió que tanto el bosque como el chico poseían ese toque enigmático, comenzó a molestarse porque no oía respuestas solo la sonrisa pícara que brotaba en su cara, por fin el chico se aclaró la garganta, quería decir que daría las respuestas.