Un antojo en mitad de la tarde, debía ir en busca del algo, pero de algo en especial me encontraba con muchas, pero es que muchas ganas de comer helado, como le amaba y sobre todo si era de menta, mi favorito. Camine en busca de la cocina, le había preguntado a un profesor donde se encontraba, amablemente me había indicado la dirección... aun era raro no conocer del todo mi nuevo "hogar".
Pero ahi estaba, tal como la había descrito, entre sigilosamente y de inmediato detecte los sentimientos de la cocinera, se le sentía.. ¿aburrida? ¿con ganas de cocinar? ojala fuera eso, los sentimientos de los adultos eran dificiles de definir.
- Hola - le salude con bastante amabilidad - ¿Tendría.. algo de helado de menta - pregunte, me sentí algo desubicada, no sabía si podía pedir algo así pero los sentimientos y la sonrisa de la cocinera lo comprobaron, minutos despues llego con una hermosa copa de helado, menta con algo de chocolate, me había leido el pensamiento
- Gracias - le comente con una gran sonrisa.
Me sente en un comodo lugar, alejada de cocineros o quienes fueran, para no entromerteme en sus sentimientos, quería estar con los mios, eran tan raro estar aquí, aún ni la mitad del alumnado sabía de mi habilidad, pero me estaba acomodando, la estaba aceptando un poco mas.. total todo eramos raros, ¿no? era una forma de convencerse algo extraña y egoísta.. pero ya no sabía que más hacer, no me la podía pasar lamentandome por el poder que tal vez me había tocado..
No pude pensar más, alguien entraba por la puerta...